CAOS EN KURSK: LOS NORCOREANOS SE REBELAN. ALIANZA ROTA.

Hoy, llegan numerosas actualizaciones interesantes desde la dirección de Kursk.

Aquí, la frágil alianza entre las fuerzas rusas y norcoreanas comienza a desmoronarse, ya que las crecientes pérdidas y tácticas imprudentes alimentan un profundo resentimiento. En un giro sorprendente, soldados norcoreanos renegados tomaron el asunto en sus propias manos, atacando deliberadamente a sus supuestos aliados y exponiendo las profundas fracturas dentro de la operación conjunta ruso-norcoreana en Kursk.

El objetivo de las fuerzas rusas en esta zona es garantizar que la ofensiva no pierda impulso ni culmine. Esto se debe a que sus unidades finalmente han logrado acercarse lo suficiente a Malaya Loknya como para iniciar una nueva fase en su contraofensiva, lo que obliga a las fuerzas norcoreanas a adaptarse a condiciones de combate completamente nuevas. La aglomeración de asentamientos en esta área, incluida Malaya Loknya, proporciona posiciones defensivas mucho más favorables para las fuerzas ucranianas, lo que obligará a los norcoreanos a enfrentarse en combate cuerpo a cuerpo, lo que, sin duda, resultará en pérdidas extremadamente altas. Hasta ahora, los norcoreanos han sufrido alrededor de cuatro mil bajas en apenas un mes y medio de combates, y, a este ritmo, se espera que se queden sin soldados para abril.

Los comandantes rusos eran conscientes de este problema e intentaron complementar las oleadas de infantería norcoreana con infantería rusa, tanques, transportes blindados, artillería y apoyo aéreo cercano. A largo plazo, una fuente del Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que se ha establecido un nuevo acuerdo entre Rusia y Corea del Norte para desplegar once mil soldados norcoreanos adicionales en Kursk en los próximos dos meses para reemplazar las actuales pérdidas.

Las imágenes de combate muestran que las tácticas suicidas utilizadas por los norcoreanos continúan, lo que está provocando la aniquilación progresiva de su contingente. La ausencia de follaje en los árboles durante el invierno y los desplazamientos masivos de soldados norcoreanos los convirtieron en blancos fáciles para los drones ucranianos, que corrigieron el fuego de artillería de precisión con municiones en racimo, causando pérdidas masivas.

Los asaltos a campo abierto también los expusieron directamente al fuego de ametralladoras ucranianas desde posiciones fortificadas y camufladas en los bosques. Además, el hecho de que los ucranianos cuenten con equipos muy superiores, como gafas de visión nocturna y visores térmicos, les otorgó ventaja en cada enfrentamiento directo, lo que resultó en que los norcoreanos fueran atacados con fuego de armas ligeras de manera precisa, sin poder responder de manera efectiva. Todo esto contribuyó a que las fuerzas norcoreanas perdieran más de un tercio de su fuerza inicial en apenas siete semanas de combates.

Tales pérdidas devastadoras y la falta de apoyo de fuego adecuado por parte de los rusos provocaron un fuerte descontento entre los soldados norcoreanos sobrevivientes, traumatizados tras participar en batallas donde con frecuencia tuvieron que caminar sobre los cadáveres de sus propios camaradas. Su indignación se agravó aún más cuando se difundieron imágenes que mostraban cómo los rusos recogían y ocultaban los cuerpos de los soldados norcoreanos muertos para minimizar el número de bajas reportadas. Como resultado de esta situación, un grupo de tres soldados norcoreanos expresó su frustración atacando deliberadamente a un grupo de infantes de marina rusos, matando a cinco de ellos en la confrontación. Fuentes de noticias rusas publicaron una imagen de la lista de búsqueda emitida contra estos tres soldados norcoreanos, informando que aún siguen prófugos y que la operación para capturarlos continúa en marcha.

En general, el maltrato y las tácticas desastrosas impuestas por el mando ruso a las tropas norcoreanas en Kursk han alimentado un profundo resentimiento entre sus filas, lo que ha llevado a algunos de ellos a rebelarse y matar a varios soldados rusos. Si esta tendencia continúa, la indiferencia rusa hacia la vida de los soldados norcoreanos probablemente resultará en la completa aniquilación de la fuerza expedicionaria norcoreana de doce mil hombres, además de un mayor deterioro en las relaciones entre ambos bandos. También es probable que los soldados rusos se vuelvan cada vez más reacios a cooperar con sus aliados norcoreanos, debido al creciente número de incidentes en los que los norcoreanos disparan contra los rusos, tanto de manera intencional como accidental. Sin embargo, en lugar de abordar el problema de raíz, las fuerzas rusas planean desplegar un nuevo contingente de once mil soldados norcoreanos en Kursk en los próximos meses para compensar las pérdidas de las unidades actuales.

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