Hoy, llegan noticias interesantes desde la dirección de Kursk.
Aquí, las fuerzas rusas y norcoreanas lanzaron un masivo asalto a lo largo de todo el frente en el saliente occidental de Kursk, combinando sus tropas en un intento por desbordar las defensas ucranianas y avanzar hacia Malaya Loknya. Sin embargo, la ofensiva se desmoronó rápidamente, ya que las fuerzas ucranianas emplearon tácticas superiores, junto con un fuego preciso y devastador, para aplastar a los atacantes y repeler decisivamente el avance combinado.

Tras observar que los anteriores asaltos "ola de carne" de los norcoreanos permitieron que pequeños grupos de sobrevivientes se infiltraran en las franjas forestales al noroeste de Kruglenkoe, los comandantes rusos buscaron capitalizar este éxito limitado. Creyendo que estos sobrevivientes podrían reorganizarse en unidades de asalto más funcionales para un nuevo empuje hacia la tácticamente significativa aldea de Malaya Loknya, los rusos decidieron intensificar su ofensiva. Su objetivo era explotar el caos y debilitar las defensas ucranianas lanzando un masivo ataque a lo largo de todo el frente del saliente occidental de Kursk.

Para lograrlo, los rusos abrieron cuatro ejes de avance. Las fuerzas norcoreanas fueron encargadas de avanzar por el bosque al noroeste de Kruglenkoe y a lo largo de las líneas de árboles al suroeste de la aldea, utilizando su ventaja numérica con la esperanza de desbordar las posiciones ucranianas. Mientras tanto, las unidades rusas concentraron sus esfuerzos en los pueblos de Novoivanovka y Darino, puntos críticos para controlar el terreno circundante y conectar sus operaciones. Juntos, estos empujes coordinados buscaban cercar a las fuerzas ucranianas, romper sus líneas defensivas y asegurar un avance hacia Malaya Loknya, aislando una porción masiva del saliente de Kursk controlado por Ucrania en el proceso.

Esta operación tenía un objetivo claro: desbordar a los defensores ucranianos mediante ataques simultáneos desde múltiples direcciones, obligándolos a dispersar sus recursos y mano de obra. Sin embargo, el terreno presentó desafíos significativos. En Darino, las fuerzas rusas tuvieron que cruzar un río, complicando el movimiento y la coordinación. En Novoivanovka, debieron atravesar carreteras abiertas que fueron minadas intensamente durante la noche por drones ucranianos. Con su mezcla de nieve y lluvia, el clima invernal añadió otra capa de complejidad. La mala visibilidad limitó parcialmente las operaciones de drones ucranianos, reduciendo la precisión de su vigilancia y ataques de artillería. Sin embargo, lo mismo ocurrió para los rusos y norcoreanos, quienes enfrentaron avances más lentos, mayor desorganización y vulnerabilidad ante contraataques ucranianos bien ejecutados.

Desafortunadamente para los rusos, sus fuerzas resultaron ser incluso menos exitosas que las norcoreanas. Cerca de Darino, los rusos intentaron explotar carreteras locales y apoyar a su infantería con vehículos blindados ligeros, que fueron rápidamente neutralizados por los ucranianos en cuanto el clima se despejó. Los soldados rusos se dispersaron en las franjas de árboles en busca de cobertura, pero fueron detectados por los operadores de drones y destruidos con ataques de artillería y drones FPV.

El asalto ruso en Novoivanovka fue incluso más fuertemente apoyado, con tanques y vehículos blindados avanzando rápidamente mientras intentaban usar las franjas de árboles locales como cobertura. Sin embargo, su suposición de que los defensores ucranianos estaban desgastados tras semanas de intensos combates no podía estar más lejos de la realidad. Casi todos los vehículos fueron destruidos por minas colocadas meticulosamente por zapadores ucranianos, quienes restauraban estos obstáculos con drones tras cada ola rusa. Esto demuestra el sobresaliente desempeño de los ingenieros ucranianos en mantener y renovar las medidas defensivas, evitando que estas se desgasten por los constantes ataques.

Cerca de Kruglenkoe, los norcoreanos lograron establecer una presencia limitada en el bosque, pero estuvieron bajo constante vigilancia de drones ucranianos. Así, cuando se reagruparon para atacar la aldea, fueron inmediatamente blanco de la artillería ucraniana, que utilizó rondas convencionales y de racimo. Una vez que las explosiones dispersaron la concentración inicial de soldados norcoreanos, algunos de ellos huyeron de vuelta a las franjas de árboles para buscar cobertura. Los ucranianos entonces desplegaron drones FPV para cazar a las fuerzas restantes, neutralizando efectivamente a su contingente.

En general, el asalto combinado ruso y norcoreano en todo el frente colapsó bajo el peso de sus extremas pérdidas. Fuentes rusas publicaron imágenes de hospitales en Kursk, donde más de un centenar de soldados norcoreanos heridos habían sido evacuados para recibir tratamiento. Una vez más, la resiliencia y superioridad táctica de Ucrania resultaron decisivas, ya que los ucranianos desplegaron un poder de fuego concentrado y minas terrestres en puntos clave del avance ruso y norcoreano, mientras realizaban una defensa bien coordinada para neutralizar a los atacantes y obligarlos a retirarse.

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