Hoy llegan numerosas noticias desde la Federación Rusa.
Ucrania lanzó una audaz y coordinada campaña de ataques de largo alcance contra infraestructuras críticas en las regiones rusas de Rostov, Krasnodar y Chechenia. Al inutilizar bases aéreas, depósitos de municiones y centros logísticos que apoyan la ofensiva en el Donbás, estos ataques asestaron un golpe significativo a las operaciones ofensivas rusas en Pokrovsk y Kurájove.

El último desarrollo ocurrió cuando las fuerzas ucranianas llevaron a cabo un masivo ataque con drones contra la base aérea de Millerovo, en la región rusa de Rostov. Este ataque de alto perfil, que involucró 15 drones, demostró la creciente capacidad de Ucrania para alcanzar objetivos no solo en profundidad en territorio ruso, sino también altamente protegidos por defensas aéreas. Aunque fuentes rusas afirmaron no haber sufrido pérdidas de personal o equipos y publicaron imágenes de su supuesta repulsión del ataque, las mismas imágenes fueron luego utilizadas por analistas militares para geolocalizar el punto aproximado del impacto.

En la zona designada se encuentra una instalación técnica y operativa encargada del mantenimiento y reparación rutinaria de aeronaves estacionadas en la base. En esta base opera el 31.º Regimiento de Aviación de Caza de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, equipado con aviones de combate Su-30SM y Su-35. Desde aquí, despega la aviación táctica que participa en operaciones de combate contra Ucrania, por lo que el ataque busca interrumpir directamente el apoyo aéreo a las tropas rusas en el Donbás, beneficiando a las fuerzas ucranianas.

El segundo gran ataque se centró en un depósito de municiones cerca de Novocherkassk, también en el Óblast de Rostov, utilizado supuestamente por la 150.ª División de Fusileros Motorizados de Rusia. El ataque del 22 de diciembre destruyó una importante reserva de municiones, reduciendo significativamente el poder de fuego ruso en las operaciones en el frente. La destrucción de este depósito también complica los esfuerzos de reabastecimiento, agravando aún más las vulnerabilidades logísticas rusas.

El tercer objetivo de los recientes ataques ucranianos fue la refinería de petróleo de Novoshakhtinsk, una instalación crítica en el Óblast de Rostov que suministra combustible a las operaciones militares rusas. El 18 de diciembre, un ataque coordinado con drones y misiles causó daños significativos, provocando un incendio en la unidad de craqueo catalítico. Esta refinería, que procesa 7,5 millones de toneladas de petróleo al año, ahora está completamente fuera de servicio, cortando una fuente vital de combustible para las fuerzas rusas y asestando un golpe logístico a su esfuerzo bélico.

Otro objetivo crítico fue la planta química de Kamensky, alcanzada por un ataque con misiles Storm Shadow hace varios días. Esta instalación produce combustible para cohetes, explosivos y componentes de municiones esenciales para la producción militar rusa. El ataque causó graves daños a edificios clave, interrumpiendo el suministro de materiales cruciales para los sistemas de misiles y municiones rusos. Este golpe también demostró la capacidad de precisión de Ucrania, marcando uno de los usos más audaces de misiles occidentales de largo alcance en territorio ruso, a pesar de las afirmaciones iniciales de que su uso estaba limitado a la región de Kursk.

Estos ataques resaltan la estrategia evolutiva de combinar drones y misiles guiados de precisión para atacar una variedad de infraestructuras críticas. Los drones a menudo se utilizan para saturar las defensas aéreas rusas y dificultar la toma de decisiones de sus operadores, facilitando el uso de misiles más costosos para causar daños significativos con precisión quirúrgica.

Otro ataque significativo ucraniano tuvo como objetivo una base de la unidad chechena Akhmat en Grozni, República de Chechenia, empleando una variedad de drones. Mientras el líder checheno Ramzán Kadýrov afirmó que dos drones fueron interceptados con éxito, imágenes posteriores y testimonios revelaron al menos cuatro explosiones potentes en la instalación militar. Esta base, un centro crítico para el despliegue de fuerzas chechenas en Ucrania, sufrió daños sustanciales, destacando el alcance y la precisión de la creciente campaña de ataques de Ucrania.

En general, al centrarse en bases aéreas, producción de combustible, reservas de municiones e instalaciones industriales en la retaguardia rusa, Ucrania busca debilitar la capacidad del enemigo para sostener sus operaciones militares en el Donbás. Los ataques no solo interrumpen las cadenas de suministro, sino que también obligan al Kremlin a desviar recursos hacia reparaciones y esfuerzos defensivos, creando nuevas vulnerabilidades en múltiples frentes. La intensidad y precisión de estas operaciones reflejan un cambio deliberado en el enfoque de Ucrania, señalando su capacidad para aumentar la presión sobre Rusia mientras socava su base logística e industrial. A medida que la guerra continúa, estos ataques representan un desafío significativo para las fuerzas rusas que luchan por adaptarse a la creciente sofisticación de las tácticas ucranianas.

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