Hoy hay noticias interesantes desde la dirección de Kursk.
Los cielos sobre Kursk se están convirtiendo en un campo de batalla cada vez más importante en la misión de Ucrania por desmantelar las capacidades militares rusas. Los pilotos ucranianos han demostrado habilidades de primer nivel trabajando bajo un gran peligro, evadiendo misiles rusos en el último momento para apoyar a sus tropas en tierra y causar el máximo daño al enemigo.
El objetivo principal de Ucrania es desmantelar los centros de mando rusos, interrumpir las concentraciones de tropas y cortar las redes de comunicación militar, estratégicamente sincronizado para maximizar su impacto en las operaciones en curso. Recientemente, las fuerzas ucranianas lanzaron una ofensiva coordinada en múltiples ejes, cerca de Bolshoe Soldatskoye, Sudzha, Novoivanovka y Tiotkino. Esto ha tensionado significativamente las defensas rusas, que ya habían sufrido semanas de graves pérdidas tanto en personal como en equipos. La renovada ofensiva ucraniana ha alarmado a los analistas militares rusos, con afirmaciones que van desde una defensa estable hasta un colapso total de la línea del frente rusa.
Como ya se sabe, las semanas de batallas en curso han agotado severamente los recursos rusos y norcoreanos, causando brechas en sus líneas y obligándolos a llamar refuerzos adicionales desde las regiones del Donbás. Reconociendo esta oportunidad, el alto mando ucraniano planificó de inmediato tomar la iniciativa. Curiosamente, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el General Oleksandr Syrskyi, visitó a las tropas en la línea del frente para ultimar los planes de la operación solo unas horas antes de su lanzamiento. Para no levantar sospechas sobre su presencia, aprovechó la oportunidad para presentar condecoraciones a los soldados de las brigadas 225 de asalto y 82 de asalto aéreo.
Para reforzar su ofensiva terrestre, los ucranianos intensificaron significativamente los ataques de precisión contra los puestos de mando y concentraciones de tropas rusas en la región de Kursk, con el objetivo de interrumpir la capacidad de Moscú para organizar una defensa efectiva. En Ivanovskoye, un ataque ucraniano con HIMARS golpeó un campamento militar ruso, asestando un golpe devastador al liderazgo de la 810.ª Brigada de Infantería Naval al eliminar a varios de sus oficiales de alto rango. Mientras tanto, cerca de Lgov, un ataque ucraniano con misiles Storm Shadow supuestamente impactó el puesto de mando de la 76.ª División VDV. Según fuentes rusas, el ataque mató a ocho comandantes de alto rango e hirió a otros 20 soldados, causando un daño severo a la capacidad operativa de una de las principales unidades rusas en la región, interrumpiendo directamente la cadena de mando y creando las condiciones adecuadas para que los rusos no pudieran responder a tiempo tras el ataque ucraniano.
La ventaja táctica de Ucrania radica en su uso de municiones de precisión, que permiten ataques precisos con una alta probabilidad de éxito. Estas armas avanzadas permiten a las fuerzas ucranianas maximizar su impacto en la infraestructura y el personal ruso. Sin embargo, persisten desafíos significativos. La Fuerza Aérea Ucraniana depende de aviones antiguos y municiones con un alcance limitado, cerca del alcance de las defensas aéreas rusas, lo que aumenta la vulnerabilidad de los aviones ucranianos. Aunque están muy extendidas y han perdido decenas de equipos valiosos, las fuerzas rusas todavía emplean una vasta red de sistemas de defensa aérea y realizan patrullas aéreas activas, lo que hace que las operaciones ucranianas sean inherentemente riesgosas.
Para mitigar estas desventajas y cumplir con sus objetivos, los pilotos ucranianos emplean tácticas audaces. Volando a baja altitud cerca de las líneas del frente, ascienden brevemente para lanzar sus bombas antes de buscar rápidamente cobertura. Este enfoque minimiza la ventana de tiempo para que las defensas rusas los intercepten, pero exige habilidades excepcionales y supone un peligro sustancial para los pilotos. Un video reciente desde Kursk muestra a un MiG-29 ucraniano evadiendo un misil ruso, destacando los peligros y la destreza de las fuerzas aéreas ucranianas. A pesar de las constantes afirmaciones rusas de haber derribado aviones ucranianos, no hay evidencia que las respalde, y los resultados de las fuerzas aéreas ucranianas hablan por sí mismos.
En general, la batalla aérea sobre Kursk forma parte de la estrategia ucraniana para "cortar la cabeza de la serpiente rusa" y mantener el impulso en su contraofensiva. Además de las operaciones aéreas, Ucrania sigue atacando puestos de mando enemigos con HIMARS para ralentizar el tiempo de reacción y apoyar a las tropas en tierra. Estos esfuerzos, combinados con los asaltos mecanizados en curso, buscan interrumpir por completo los planes rusos para retomar la región de Kursk, exponiendo las debilidades rusas justo antes de la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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