Hoy hay muchas actualizaciones interesantes desde la Federación Rusa.
Aquí, las fuerzas ucranianas han lanzado una nueva oleada de ataques de precisión contra activos clave rusos, demostrando su capacidad para interrumpir no solo la cadena de mando militar, sino también las redes logísticas y desafiar las capacidades estratégicas de Rusia. Esta serie de ataques coordinados empleó una combinación de misiles HIMARS, Storm Shadow y tecnología innovadora de drones con efectos devastadores.

En primer lugar, los ucranianos decidieron atacar puestos de mando y despliegues de tropas, y lo hicieron de manera particularmente efectiva. En la región de Oriol, utilizaron misiles Storm Shadow para destruir una instalación militar y matar a varios soldados y oficiales rusos.
Posteriormente, las fuerzas ucranianas dirigieron su atención al principal centro logístico ruso para la contraofensiva en Kursk, situado en Lgov, destruyendo un lugar conocido por la presencia de tropas rusas. Lgov también fue objetivo de un ataque de precisión con HIMARS, lo que demuestra el nivel de vigilancia e infiltración ucraniana, ya que lograron impactar en la estación de tren local pocos momentos después de la llegada de refuerzos rusos.

Los operadores ucranianos también atacaron centros de mando en Zaporiyia, diezmando el liderazgo ruso con otro ataque de HIMARS. En una operación, eliminaron a tres oficiales enemigos de alto rango, además de destruir sus vehículos, lo que interrumpió los esfuerzos de evacuación y eliminó cualquier posibilidad de supervivencia para los rusos. Estas acciones contra los puestos de mando y concentraciones de tropas tienen como objetivo debilitar la coordinación rusa y obstaculizar su ritmo operativo.

En segundo lugar, Ucrania ha mantenido una presión implacable sobre la logística rusa, atacando redes ferroviarias clave para interrumpir cadenas de suministro esenciales para las operaciones militares de Rusia. Las primeras explosiones en la región de Vorónezh detuvieron los servicios de trenes debido a daños extensos en las vías, marcando el tono para más sabotajes. En la región de Moscú, nuevas explosiones causaron más destrucción a la red ferroviaria, dificultando significativamente el movimiento de mercancías. Notablemente, vagones de carga destinados al transporte militar fueron destruidos en Voskresensk, mientras saboteadores no identificados incendiaron trenes eléctricos en los suburbios de Moscú, dejándolos inutilizables. Al paralizar sistemáticamente la infraestructura ferroviaria de Rusia, que es una columna vertebral esencial de su red logística, Ucrania no solo ha retrasado el flujo de suministros, sino que también ha amplificado la presión logística sobre las campañas militares rusas.

En tercer lugar, los depósitos de combustible y petróleo siguen siendo un objetivo prioritario de los ataques ucranianos. Comenzando con una explosión en una estación de servicio en Grozni que causó una escasez local de combustible, las fuerzas ucranianas también destruyeron exitosamente el importante depósito de petróleo en Smolensk con drones, provocando un incendio que consumió grandes cantidades de lubricantes y combustible. Este ataque impacta directamente en las operaciones mecanizadas de Rusia, ralentizando su capacidad para montar ofensivas y mantener las cadenas de suministro, y obligándolos a usar infantería sin apoyo blindado, lo que les causa pérdidas aún mayores.


Por último, se destaca un logro revolucionario del cual ya cubrimos los primeros pasos en un informe anterior. Ahora tenemos las primeras confirmaciones de la destrucción de dos helicópteros rusos Mi-8 por drones navales Magura V5 de Ucrania, equipados con armamento de misiles. La Dirección Principal de Inteligencia Militar de Ucrania publicó imágenes de uno de los drones que muestran cómo esquivaron el fuego de los helicópteros rusos antes de interceptarlos exitosamente. El video muestra la destrucción confirmada de un helicóptero y el daño a un segundo, que inicialmente se pensó que había podido regresar a su base.

En un giro sorprendente, más tarde se confirmó por un destacado analista militar ruso que el segundo Mi-8 también fue destruido, cuando expresó sus condolencias a los familiares de los miembros de las tripulaciones de los dos helicópteros. Este enfrentamiento cerca de Crimea marcó un punto de inflexión en la dinámica de la guerra en el Mar Negro. Los helicópteros rusos, antes dominantes en el combate contra drones navales, ahora son presas vulnerables. El derribo de estas aeronaves abre el camino para que los drones navales ucranianos operen con mayor libertad, remodelando potencialmente la batalla marítima aún más.

El enfoque multifacético de Ucrania, actuando profundamente detrás de las líneas del frente, atacando centros de mando, logística, suministros de combustible e incluso encontrando una solución a las amenazas aéreas en el mar, ha infligido graves golpes a los esfuerzos bélicos de Rusia. Al desmantelar sistemáticamente componentes críticos de la infraestructura militar rusa, Ucrania está obligando a Moscú a desviar recursos, replantear estrategias y operar bajo una creciente presión logística.

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