Hoy hay muchas actualizaciones interesantes desde la dirección de Kursk.
Aquí, las fuerzas norcoreanas, con una coordinación deficiente, una barrera lingüística paralizante y una total falta de preparación para la guerra moderna, ven cómo sus ataques incesantes están al borde del colapso, lo que supone un importante revés para los planes rusos en este frente. Enviadas al combate como tropas de asalto desechables, ahora sufren pérdidas tan devastadoras que han sido completamente retiradas de Kursk, con fuerzas especiales ucranianas desplegadas para rematar la operación.

Los comandantes rusos habían planeado utilizar a los soldados norcoreanos para lograr un avance en la saliente ucraniana de Kursk. Ante la escasez de tropas rusas, el uso de soldados norcoreanos permitiría preservar sus propias fuerzas para una ofensiva final que asegurara la victoria para Rusia. Para ello, las fuerzas norcoreanas fueron desplegadas como vanguardia de cada asalto, iniciando los combates y formando las primeras oleadas diseñadas para desgastar las defensas ucranianas.


Los informes de soldados ucranianos en el terreno indican que, individualmente, los soldados norcoreanos son bastante hábiles con las armas tras haber pasado diez años en el servicio militar. Curiosamente, nuevas imágenes de combatientes ucranianos también revelaron que los soldados norcoreanos estaban mejor equipados que los propios rusos, portando fusiles de asalto rusos AK-12 de última generación, miras térmicas e incluso telémetros láser.

Sin embargo, a pesar del extenso entrenamiento y la disciplina de los soldados norcoreanos, el aislamiento de Corea del Norte del resto del mundo impidió que su ejército se adaptara a la realidad de la guerra moderna, lo que los hizo extremadamente vulnerables como unidad. Además, aunque los norcoreanos podrían haber sido utilizados en tácticas de pequeños grupos de infantería, el alto mando ruso los empleó de manera inadecuada, lanzándolos en oleadas humanas para asaltar frontalmente posiciones ucranianas a través de campos abiertos. La falta de cohesión con las unidades rusas debido a la barrera del idioma y las diferencias en tácticas impidió que los norcoreanos recibieran el apoyo de fuego adecuado por parte de la artillería y los vehículos blindados rusos.

Con las bajas norcoreanas disparándose debido a estas desventajas, la intensidad de sus asaltos ya había disminuido significativamente, lo que llevó a los ucranianos a buscar una estrategia astuta para rematar la operación. Para ello, desplegaron unidades de fuerzas especiales con el objetivo de atacar posiciones ocupadas por soldados rusos menos entrenados y crear una brecha en la línea enemiga. Incapaces de solicitar refuerzos norcoreanos debido a la barrera del idioma, estas posiciones preliminares fueron rápidamente eliminadas por las fuerzas especiales ucranianas. Esto permitió a los ucranianos tomar a las fuerzas norcoreanas por sorpresa y atacarlas por la retaguardia, sin que estas se dieran cuenta de que sus flancos, protegidos por unidades rusas más débiles, ya habían sido superados.



Ante las enormes pérdidas sufridas incluso fuera de los asaltos, las fuerzas norcoreanas se vieron obligadas a detener todas las operaciones ofensivas y defensivas en Kursk, retirándose por completo para reorganizarse y establecer un nuevo plan. Para solucionar la falta de apoyo de artillería y blindados en sus ataques, Corea del Norte está desplegando sus propias unidades de artillería, incluidos cañones autopropulsados Koksan, y posiblemente equipo pesado adicional, como tanques y vehículos blindados. Los informes de inteligencia indican que este despliegue se complementará con la llegada de otros once mil soldados norcoreanos para abril, lo que permitirá a Corea del Norte reconstituir su contingente tras haber perdido cerca del 40% de sus fuerzas en bajas irrecuperables.


En general, la eliminación de un gran número de tropas norcoreanas fue el resultado de la falta de cohesión con las unidades rusas y la barrera del idioma, agravadas aún más por la incapacidad de los combatientes norcoreanos para adaptarse a la guerra moderna. Con la retirada de las fuerzas norcoreanas de la operación rusa en Kursk, los recientes traslados de su propio equipo pesado y el envío de más refuerzos indican que Corea del Norte planea reanudar sus esfuerzos ofensivos en Kursk en el futuro, pero esta vez con un apoyo adecuado. Sin embargo, debido a la magnitud de sus pérdidas, este período de reorganización tomará al menos varios meses, y un intento de regresar al combate antes de tiempo probablemente conduciría a un desastre similar al anterior.

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