Hoy hay muchas novedades interesantes desde la Federación Rusa.
Aquí, las brechas en la red de defensa aérea rusa están aumentando a medida que las fuerzas ucranianas desmantelan sistemáticamente sistemas clave en todo el campo de batalla. Con cada nuevo punto ciego, los drones y misiles ucranianos golpean más profundamente en territorio ruso, alcanzando objetivos de alto valor que antes se consideraban intocables.

En primer lugar, los ucranianos atacaron activos críticos de defensa aérea rusa en Crimea mediante una táctica nueva e innovadora. Publicaron el primer video de un dron naval ucraniano lanzando múltiples drones kamikaze FPV contra objetivos rusos desde la costa. Estos drones rastrearon y destruyeron con éxito un sistema de defensa aérea de corto alcance Strela-10 y un Osa mientras estaban en tránsito e incapaces de repeler los ataques.


Otras grabaciones muestran drones FPV ucranianos destruyendo dos sistemas de defensa aérea Tor-M2, uno en Donetsk y otro en Lugansk, diseñados para interceptar drones de ataque de largo alcance y misiles de crucero. Además, tres sistemas Buk-M2 fueron eliminados en Zaporiyia, ya que sus radares no lograron detectar los drones kamikaze ucranianos.


Imágenes de combate adicionales revelan cómo los ucranianos atacaron otro sistema de defensa aérea Osa con un dron Switchblade en la región de Donetsk.

Los ucranianos también destruyeron un sistema de guerra electrónica Borisoglebsk cerca de Jersón con un ataque con misiles. Por último, eliminaron un sistema S-300 ruso en Zaporiyia con una granada lanzada desde un dron y luego observaron el incendio mientras dos soldados rusos intentaban salvar el sistema en llamas.

Ucrania también atacó la red de defensa aérea rusa mediante una serie de operaciones encubiertas de sabotaje, coordinando actividades partisanas contra componentes y activos críticos. Partisanos ucranianos compartieron un video de una estación de radar 96L6E en llamas en una instalación de S-300 y S-400 en Yevpatoria, dejando ciegos a los lanzadores de misiles rusos. La dirección de inteligencia ucraniana también organizó varias operaciones de sabotaje dentro del territorio ruso, infiltrándose en la región de Tver y prendiendo fuego a un puesto de mando y estación de radar S-300, deshabilitando el sistema de largo alcance y creando una brecha significativa para los drones y misiles ucranianos. Además, agentes ucranianos sabotearon dos sistemas de guerra electrónica Zhitel en Vorónezh, debilitando aún más la capacidad de Rusia para contrarrestar enjambres de drones.

A pesar de la suspensión del intercambio directo de inteligencia con EE. UU., Ucrania sigue recibiendo información valiosa de sus aliados europeos y utilizando fuentes satelitales privadas para recopilar datos sobre objetivos rusos.

Esto permitió a los operadores de HIMARS ucranianos atacar un campo de entrenamiento ruso en Zalizny Port, Jersón, con municiones de racimo, eliminando a más de 30 soldados. Además, cohetes guiados GMLRS de precisión impactaron un sitio de entrenamiento en Zaporiyia, destruyendo decenas de tropas rusas y vehículos blindados.


Las brechas en la red de defensa aérea rusa también permitieron a los ucranianos continuar su campaña de ataques contra refinerías de petróleo rusas. El primer objetivo fue la refinería de Novoshakhtinsk, donde se desataron grandes incendios después de que un dron ucraniano atravesara las defensas aéreas rusas, obligando a los trabajadores a evacuar. El siguiente ataque tuvo como objetivo la refinería de petróleo en Novokuybyshevsk, Samara, una de las más grandes de Rusia, con una capacidad de procesamiento de más de 8 millones de toneladas de petróleo al año.
Por último, los drones ucranianos alcanzaron su objetivo más distante hasta la fecha: la refinería de Ufa, a más de 1.400 km de Ucrania. Un proveedor clave de combustible para el ejército ruso, esta refinería—que produce más de 168.000 barriles de petróleo al día—se incendió tras el ataque. Su destrucción destaca la capacidad extendida de los drones ucranianos, señalando que ningún objetivo al oeste de los Urales está a salvo.

En general, los ucranianos intensificaron sus ataques en Crimea, utilizando drones navales para desplegar drones kamikaze FPV contra sistemas de defensa aérea rusos, además de atacar estos sistemas con drones FPV convencionales e incluso organizar grandes operaciones de sabotaje dentro del territorio ruso.

Mientras tanto, los ataques ucranianos con drones de largo alcance demostraron la capacidad de golpear cualquier objetivo ruso al oeste de los Urales, ya que la red de defensa aérea rusa ya está sobrecargada y perdiendo muchos sistemas debido a los ataques y sabotajes ucranianos.

La Armada ucraniana también anunció planes para un tercer ataque contra el puente de Kerch, obligando a Rusia a redistribuir más unidades de su ya sobreextendida defensa aérea en Crimea, creando nuevas brechas para que Ucrania las explote—independientemente de si finalmente se lanza el ataque o no.

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