Esperanzas rusas APLASTADAS. Comandantes de Kursk DESTRUIDOS.
En la dirección de Kursk, los esfuerzos de contraofensiva de Rusia han llegado a un punto crítico de estancamiento. Tras el fracaso de las tropas norcoreanas en lograr avances significativos, el mando ruso reubicó unidades experimentadas desde el Donbás en un intento desesperado por revertir la situación. Sin embargo, Ucrania, monitoreando de cerca estos movimientos, lanzó ataques HIMARS de precisión que devastaron las concentraciones de tropas y los puestos de mando rusos, paralizando sus planes y minando la moral.
Esta operación tiene altas apuestas para Moscú, que busca recuperar el óblast de Kursk antes de posibles negociaciones de paz tras la anticipada investidura de Donald Trump. No obstante, el despliegue de tropas mejor entrenadas desde frentes críticos como el Donbás tensiona aún más la campaña general de Rusia, destacando el éxito estratégico de las incursiones ucranianas en territorio ruso. La fallida ofensiva subraya la capacidad operativa menguante de Rusia y la habilidad continua de Ucrania para interrumpir y desviar los esfuerzos enemigos.
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